martes, 14 de mayo de 2019

Dama de Elche

La Dama de Elche es una escultura datada aproximadamente entre los siglos V a.C. y IV a.C. (período comprendido entre los años 500 a.C. y 301 a.C.), perteneciente al arte íbero.

Dama de Elche
Se trata de una de las obras de arte más representativas del arte íbero.

Fue hallada por casualidad el 4 de agosto del año 1.897, mientras se realizaban unas labores agrícolas.

Fue el jornalero Manuel Campello Esclápez, quién la halló en el interior de un escondrijo, asentado sobre una base de losas de piedra.

En el yacimiento arqueológico de La Alcudia. Situado a 3 km al Sur de la ciudad de Elche, en la provincia de Alicante, Comunidad Valenciana (España).

En la antigüedad esta localización corresponde con la antigua ciudad íbera de Ilici (fundada en el siglo V a.C.).

En el año de su descubrimiento, en 1.897, la Dama de Elche fue adquirida por el arqueólogo e hispanista francés Pierre Paris, fue llevada a París y expuesta en el Museo del Louvre de París (Francia).

En el año 1.941 gracias a un intercambio de obras de arte entre los países de España y Francia, la Dama de Elche junto con otras obras de arte pudo regresar a España, dónde fue depositada en el Museo del Prado (Madrid).

El 29 de enero del año 1.971 por orden Ministerial paso a formar parte del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, pasando a formar parte de su colección de protohistoria y colonizaciones.


Dama de Elche

Descripción


Tiene una altura de 56 cm, una anchura de 45 cm, un grosor de 37 cm y un peso de 65,08 kg.

Está fabricada en piedra caliza, mediante las técnicas de labrado y policromado.

Se trata de una escultura de bulto redondo o exenta dónde está representado el busto de una figura femenina, una dama íbera.

El busto representa a una mujer con los rasgos idealizados, puesto que las facciones son muy perfectas, se encuentra ricamente ataviada con ropajes y joyas (lo que sugiere que se trata de la representación de una dama de alto nivel social o una diosa).

Los ojos son un poco oblicuos y rasgados, los párpados superiores se encuentran caídos, con lo que el iris se encuentra parcialmente cubierto.

Cabe resaltar que las cuencas de los ojos se encuentran vaciadas. La pupila y el iris fueron rellenados con postizos fabricados de materiales preciosos o semipreciosos, se cree que estuvieron rellenados de pasta vítrea y piedra negra.

Dama de Elche
Las cejas son altas, prolongadas y se encuentran arqueadas.

La nariz es recta, los labios son finos y se encuentran perfilados. La boca se curva en una leve sonrisa que dota de serenidad a la escultura.

Los pómulos son altos, ligeramente marcados, las mejillas son enjutas y la barbilla es redondeada.

En la parte superior de la cabeza se aprecia un tocado muy elaborado formado por un velo o cofia sujeto sobre una peineta adornada y un tirante que une los dos rodetes laterales que enmarcan el rostro.

El velo o cofia se encuentra introducido por detrás, bajo el manto y es alzado sobre la nuca gracias a una especie de peineta.

Por la parte delantera se encuentra ceñido a la frente, está parte es muy ancha y se encuentra decorada por tres filas de cuentas. Mientras que la parte trasera es más estrecha y simple.

A ambos lados del rostro se pueden observar dos grandes rodetes. El frente de los rodetes se encuentra decorado con una banda, repujada en relieve decorada con motivos florales (de cuatro pétalos y un botón central). Estos motivos se encuentran alternados por tres semiesferas realizadas de pasta vítrea.

En los laterales se pueden observar como las pletinas se encuentran dispuestas sobre una serie de lengüetas semicirculares que están dobladas en un ángulo recto sobre las placas laterales del rodete (lo que facilita puntos de remache).

En los lados exteriores está compuesto por una placa de diseño radial (repujada en una única pieza, formando tres círculos concéntricos y una serie de proyecciones radiales dobles) y un umbo liso (adosado a una placa anterior).

Dama de Elche
La parte posterior de los rodetes no se encuentra decorada, se puede observar un hueco sobre el cuál descansa el lateral o borde del manto.

Respecto a la vestimenta, se encuentra ataviada con tres prendas: una fina túnica sujeta con una pequeña fíbula anular a la altura del escote, sobre ella se observa otra túnica que se encuentra terciada sobre el pecho.

Encima de estas dos túnicas se aprecia un manto de tela gruesa, el manto le cubre la espalda y los hombros, además destacan la forma de los pliegues en la parte delantera que presentan un plegado en zig-zag con los bordes asimétricos y deja al descubierto tres collares.

Del cuello le cuelgan tres cordones que corresponden a dos collares, puestos en hileras a modo de medallones.

El primero de ellos se encuentra compuesto por dos cordones o un doble cordón de pasta vítrea, se observa como tienen engarzadas una hilera de anforillas.

El cordón superior tiene una menor longitud, cuelga una única anforilla situada sobre el escote del cuello de la túnica. El cordón inferior tiene colgadas seis anforillas de menor tamaño.

El segundo collar se encuentra situado debajo y está compuesto por cuentas lisas de las que cuelgan medallones o lengüetas.

Dama de Elche
También se pueden observar dos pendientes que cuelgan a ambos lados del rostro. Están formados por placas e ínfulas.

Cabe resaltar que todas las joyas de la escultura en su origen estuvieron cubiertas con pan de oro.

En la parte posterior de la escultura se puede observar un orificio. Los investigadores no saben con exactitud su funcionalidad, aunque se piensa que podría haber servido para introducir objetos sagrados, reliquias o cenizas usadas como ofrendas a los difuntos.

En referencia a la composición destacan: el geometrismo (en la forma cúbica y cerrada de la obra y en los pliegues en zig-zag del manto), el hieratismo (en las facciones del rostro), la frontalidad y rigidez (puesto que la escultura fue concebida para ser contemplada de frente).

También destacan: la proporcionalidad del rostro y el acabado delicado (reflejado en la textura y pliegues de la tela y el pulimentado del rostro).

Además muestra el sincretismo característico de la cultura íbera. Es decir, la tendencia a conjuntar y armonizar diferentes corrientes de cultura, en este caso: arte fenicio (la orfebrería), arte griego (tendencia a la idealización y seriedad) y el arte autóctono (íbero) (en el vestuario y los adornos).

En cuanto a la policromia, conserva restos de colores en los labios y zonas puntuales del rostro y de la vestimenta. Se pueden apreciar restos de tonos azules, amarillos, rojos y aplicaciones de láminas de oro.

El estado de conservación es bueno, tan solo muestra diversos golpes y erosiones ocasionados por el paso del tiempo.

Para finalizar, destacar que técnicamente y estilísticamente la Dama de Elche se considera una obra de arte con una fuerte influencia del arte griego.

Esto seguramente es debido a que fue realizada por un artista de origen griego, o a lo mejor el artista estuvo ligado al cercano puerto de Santa Pola, tras recibir el encargo de la obra de un personaje ibérico de alto rango.

Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (España).

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