lunes, 14 de julio de 2025

Par de Orejeras de Cuatro Lados

El Par de Orejeras de Cuatro Lados son un par de orejeras datadas aproximadamente entre los años 200 d.C. y 600 d.C., perteneciente al arte precolombino, en concreto al arte maya.

Par de Orejeras de Cuatro Lados
Par de Orejeras de Cuatro Lados

Lo primero que se conoce es que fueron halladas durante unas excavaciones arqueológicas realizadas en Guatemala.

Después es conocido que perteneció a la colección de arte del abogado y coleccionista de arte estadounidense Arthur M. Bullowa

Hasta que en el año 1.989 d.C. el Par de Orejeras de Cuatro Lados fue donado al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (Estados Unidos de América).


Descripción

Ambas tienen una altura de 4,8 cm y un anchura de 4,8 cm. Sin embargo una tiene un grosor de 1,6 cm, mientras que la otra presenta un grosor de 1,5 cm. 

Están fabricados en jadeíta, mediante las técnicas de incisión, tallado, pulido, grabado y perforado. 

Se trata de un par de orejeras con forma cuadrada que presentan un orificio en el centro, sobretodo destaca como la superficie del Par de Orejeras de Cuatro Lados ha sido tallado con un delicado diseño de pétalos de flor.

El significado del diseño tallado en éstos frontales de orejeras va mucho más allá de lo floral. Los pétalos se representan en forma de brújula: cuatro pétalos más grandes apuntan a las esquinas, mientras que cuatro pétalos más pequeños marcan los espacios intermedios.

Los frontales también están tallados en cuadrados distintivos. En el antiguo mundo maya (y en la creencia indígena contemporánea), el cosmos se concebía como un cuadrado. 

Los asentamientos, las casas, los campos de maíz, el inframundo, la superficie terrestre y la esfera celeste se concebían como cuadrados, con sus lados o esquinas orientados hacia los cuatro puntos cardinales.

Estos adornos de jade bellamente tallado se denominan "frontales de orejera" y eran colocados en una amplia perforación en el lóbulo de la oreja siendo fijados de diversas maneras.

En algunos casos, se colocaba una o varias cuentas en la parte frontal de la orejera sujetándolas con la ayuda de un juego de contrapesos de cuentas que se enhebraban a través de la oreja y colgaban detrás del lóbulo.

Otra posibilidad es que se colocara un tapón en forma de "L" (probablemente de madera) a través de la abertura central de la orejera o vástago desde la parte posterior manteniendo todo el conjunto en su lugar ajustado a la oreja.

Con respecto a la composición destacar que el pulido artesanal maya aplicado a la superficie de jade hacía que éstos adornos emitieran un sonido metálico agudo al ser golpeados.

Por lo tanto ornamentar las orejas con jade no solo marcaba como caminos sagrados, sino que también transformaba los sonidos que escuchaba quién las usaba en fenómenos divinos, sagrados, perfumados y preciosos.

Las orejas no solo reciben sonidos, sino también representan lugares de exhalación y respiración y dentro del arte maya las orejeras con forma de flor suelen representarse emitiendo un aroma perfumado. 

Para finalizar subrayar que en la creencia maya, los cuatros lados, esquinas o direcciones rodean un quinto punto, el centro cósmico.

Esta forma (un punto central rodeado de cuatro puntos adicionales) se denomina quincuncio. El centro se representaba con el color "yax" ("verde azulado"), el color del jade, y a menudo adoptaba la forma de un gran árbol, con sus raíces en el inframundo y ramas en el cielo.

El centro, o axis mundi, se consideraba un lugar en movimiento, transición, nacimiento y transformación, un portal entre mundos.

El orificio central o "tallos" de éstas orejeras de cuatro lados simboliza ese quinto punto de centralidad. La aparente simplicidad de éstos adornos, por lo tanto, contradice su complejidad.

Además preciosos sitios florales de exhalación aromática marcaban a quién los usaba como un centro mundial, un canal o portal hacia reinos divinos y mundos sagrados.

Es más los mayas consideraban cuevas, agujeros, orificios y pasadizos de todo tipo como puntos de acceso a mundos sobrenaturales. 

Las orejeras, como el Par de Orejeras de Cuatro Lados, eran vistas como pequeños portales, caminos adornados con joyas que se abrían paso hacia el cuerpo humano.

Siendo una de las frases mayas más comunes para la muerte: "och bih" (literalmente "entrar / salir al camino") y se representaba en inscripciones jeroglíficas como una serpiente que se sumergía en una orejera.

Actualmente se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, Estados Unidos de América.

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