sábado, 21 de junio de 2025

El Mar de Hielo

El Mar de Hielo, también conocido como Das Eismeer o El Océano Ártico, es una pintura datada aproximadamente entre los años 1.823 d.C. y 1.824 d.C., perteneciente al romanticismo.

El Mar de Hielo

Fue pintado por el pintor alemán Caspar David Friedrich.

Hasta en el año 1.840 d.C. la pintura formó parte de la colección de arte del autor.

En el año 1.843 d.C. la pintura fue comprada por el pintor noruego Johan Christian Claussen Dahl.

Por herencia pasó a ser propiedad del pintor alemán Johann Siegwald Dahl.

En el año 1.902 d.C. El Mar de Hielo fue heredado por su viuda la Sra Catharina Dahl, pasando a formar parte de su colección de arte ubicada en la ciudad de Dresde, localizada en el estado de Sajonia, en el este de Alemania.

Hasta que en el año 1.905 d.C. El Mar de Hielo fue comprado por el Kunsthalle de Hamburgo (museo de arte ubicado en la ciudad de Hamburgo, en Alemania), dónde pasó a formar parte de su colección de arte.


Descripción

La pintura tiene una altura de 96,7 cm y una anchura de 126,9 cm, mientras que con el marco tiene una altura de 125 cm y una anchura de 155 cm. Está pintado al óleo sobre lienzo.

Se trata de una pintura que representa un paisaje polar o un paisaje ártico con imponentes témpanos de hielo, sobretodo llama la atención como en el centro enormes témpanos de hielo se elevan formando una montaña.

En el lado derecho una placa vertical de color amarillento con su punta brillante conecta el área frontal con la zona principal, dónde se puede descubrir un naufragio que se hunde.

Parece haber sido empujado contra el hielo por la fuerza de los témpanos y volcado. Posteriormente, las capas de hielo se deslizaron sobre el casco y entre los restos de hielo, solo queda visible una parte de la popa el mástil de mesana, un trozo de vela y algo de cuerda.

Mientras que a la izquierda de la masa de hielo, algunos troncos de árboles delgados y desnudos se encuentran encajados entre las losas y placas de hielo, siendo los últimos vestigios de la antigua vegetación.

Además el velero empujado bajo los témpanos de hielo representa los peligros de una expedición de éste tipo en regiones inhóspitas.

Resalta como representados en un primer plano un trozo de hielo en forma de flecha y un témpano de hielo gigantesco y puntiagudo atraen aún más la atención del espectador hacia el velero.

El fondo lo forma el mar con icebergs flotando sobre él, desapareciendo en una profundidad azul. En el borde izquierdo flota una formación de hielo, similar al central, vidrioso y flotando en una luz difusa.

El cielo de un color azul frío y teñido de gris brumoso se extiende como un muro detrás de la escena congelada y rígida. Sólo en la mitad del borde superior se rompe con un ligero banco de nubes, dejando entrever las profundidades.

Con respecto a la composición destacar que el frío helado se puede sentir cuando el espectador se para delante del cuadro, todo parece silencioso, como congelado.

Sin embargo a pesar de todo el drama, la pintura no es un rechazo a la vida, puesto que en lo alto del cuadro el cielo se aclara haciendo referencia a la trascendencia de crear esperanza en la vida eterna después de la muerte.

Se trata de una pintura de formato apaisado, claramente estructurada en un "espacio pictórico de dos capas", por un lado el paisaje de hielo irregular e inquieto en la sección central y en un primer plano.

Y por otro lado el azul frío de la distancia en el que el mar se funde con un cielo nublado en una tenue línea del horizonte. 

En el centro se encuentra una formación de hielo accidentado, una capa de hielo agrietada, cuyas placas se empujan una contra la otra para formar una montaña con forma de acantilado, apiladas en diagonal.

Se observa como las placas individuales están dispuestos en diferentes grupos de forma escalonada en la dirección principal de derecha a izquierda, tienen bordes afilados y en parte tienen forma de flecha.

Los cuatro fragmentos frontales se sitúan en contradiagonal y transmiten así un movimiento de rotación alrededor del eje central de la imagen.

También se aprecia como una estrecha franja de costa helada y ligeramente elevada, se apila de izquierda a derecha una barra de témpanos de hielo. Son de tonos marrón sucio y gris verdoso, contrastados por montones de nieve de color ocre con una estructura escamosa y restos de tierra indican una superficie terrestre.

Para finalizar subrayar que antes del año 1.826 d.C. la pintura recibió el título de "La Esperanza Fallida" (Die Gescheiterte Hoffnung), del barco del mismo nombre, en una versión anterior de la pintura, que en la actualidad está perdida.

No obstante, el título también se adapta a esta imagen inusual, ya que en la pintura los motivos marineros siempre han estado vinculados con el camino de la vida y el destino humano.

Las interpretaciones son muy diversas y se extienden mucho más allá de la mera descripción de un desastre marítimo. Aparte de las interpretaciones religiosas, también han surgido cada vez más interpretaciones políticas.

Lo que es cierto es que el autor pintó un cuadro de destrucción, abandono, rigidez y frío despiadado, en el que la esperanza aún no se ha perdido del todo: en el cielo azul brillante brilla una pequeña estrella.

Asimismo cabe destacar que el pintor alemán Caspar David Friedrich probablemente se inspiró para crear sus pinturas en los viajes de descubrimiento del contraalmirante y explorador británico Edward William Parry, quién realizó varias expediciones a la región del Polo Norte.

Actualmente se encuentra en el Kunsthalle de Hamburgo, Alemania.

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