martes, 4 de septiembre de 2018

Estatua Sedente de Kefrén

La Estatua Sedente de Kefrén, también conocida como Estatua Sedente de Jaffa, es una escultura datada aproximadamente entre los años 2.550 a.C. y 2.480 a.C., perteneciente al arte egipcio.

Estatua Sedente de Kefrén
En concreto fue esculpida durante el período correspondiente a la IV dinastía del Antiguo Egipto.

Además cabe resaltar que la escultura está considerada una de las más importantes del Imperio Antiguo, puesto que presenta todas las características propias del arte egipcio.

No sólo sigue los arquetipos de la estatuaria real del Antiguo Egipto, sino que también representa las características simbólicas que se la atribuyen al faraón (autoridad total y un origen divino).

Estatua Sedente
de Kefrén
Se conoce que fue hallada en el año 1860 d.C. durante las excavaciones arqueológicas.

Realizadas por el egiptólogo francés Françoise Auguste Ferdinand Mariettte.

En el interior de una fosa enlosada del Templo del Valle, edificado cerca de la ciudad de Guiza, en Egipto.



¿ Quién fue Kefrén ?


Kefrén, también conocido como Jafra o Jefrén, fue el cuarto faraón de la IV dinastía de Egipto. Se conoce que aproximadamente desde el año 2.547 a.C. hasta el año 2.521 a.C. gobernó Egipto.

Durante su reinado destacan la edificación de varias construcciones, sobretodo la construcción de la Gran Pirámide de Gizeh, la Gran Esfinge de Gizeh y también la avenida que comunicaba la pirámide con el complejo religioso asociado a ella.

Estatua Sedente de Kefrén
La avenida se encontraba formada por grandes monolitos de granito y numerosas esculturas del faraón que habían sido esculpidas en diorita.


Descripción


Tiene una altura de 168 cm, una anchura de 57 cm y una longitud de 96 cm. Está fabricada en diorita verde, mediante las técnicas de incisión y tallado.

Se trata de una escultura de bulto redondo o exenta que representa la imagen del faraón Kefrén a tamaño natural y en posición sedente. Ha sido elaborada en un único bloque de diorita y presenta forma cúbica.

El faraón se encuentra representado sentado en un trono. Se puede observar como el respaldo del trono llega hasta la altura de los hombros del faraón y sobre él se encuentra la imagen del dios Horus en forma de halcón.

El dios Horus está representado con las alas extendidas y en actitud protectora, puesto que se encuentra abrazando la cabeza del faraón.

Estatua Sedente de Kefrén
(detalle)
La parte inferior del trono esta compuesta por cuatro patas de león y hay sendas cabezas de estos animales en ambos extremos del mismo asiento.

Se observa como los laterales del trono se encuentran representados las flores representativas del Alto y Bajo Egipto (el loto y el papiro), estas flores se encuentran entrelazadas simbolizando la representación de la unificación de Egipto en un sólo país.

El rostro se encuentra representado idealizado con las facciones muy marcadas, resaltan los ojos almendrados, la nariz recta y los labios carnosos.

Los brazos se encuentran representados pegados al cuerpo, con las manos sobre los muslos.

La mano derecha se encuentra representada cerrada en un puño, mientras que la mano izquierda tiene la palma abierta hacia abajo.

Estatua Sedente de Kefrén
Se encuentra ataviado con un faldellín plisado anudado a la cintura que deja el torso al descubierto, con lo que se puede apreciar su musculatura. 

También lleva el tocado faraónico y la barba postiza, ambos elementos son propios de los faraones del Antiguo Egipto.

Las piernas han sido representadas rígidas y los pies descalzos.

Con respecto a la composición destacar el uso de la ley de la simetría, la estatua es completamente simétrica, excepto por la posición de las manos.

Estatua Sedente de Kefrén
(detalle)
También la estatua cumple la ley de la frontalidad.

Es decir, la representación del dios Horus es lo único que se encuentra en la parte posterior, el resto de la estatua es lisa y posiblemente fue esculpida con la finalidad de verse de frente.

El faraón se encuentra representado con un total hieratismo y rigidez propias del arte del Antiguo Egipto.

Además resaltar que la falta de expresión del rostro (tan sólo atenuadas por una leve sonrisa), lleva a realzar la idea del poder omnipotente y distante que tenía el faraón.

Para finalizar subrayar que en general el estado de conservación es bueno, tan sólo se puede apreciar un poco de deterioro a la altura de la pierna izquierda.

Actualmente se encuentra expuesta en el Museo Arqueológico de El Cairo, Egipto.

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