Tumba de los Leones Rugientes |
Fue hallada en el año 2.006 en un campo en los alrededores de la antigua ciudad de Veyes o Veio.
En el terreno dónde fue hallada pertenece al italiano Fioravanti Franceschini.
Se descubrió gracias a un ladrón de tumbas antiguas o saqueador de tumbas (también conocido como "tombarolo pentito"), que después de ser detenido por las autoridades facilitó la ubicación de la tumba con el fin de poder rebajar su condena.
Descripción
Se trata de un hipogeo, es decir, una tumba subterránea con una bóveda a la que se accede a través de un corredor.
Tumba de los Leones Rugientes |
El sepulcro se encuentra decorado con pinturas, destacan dos de sus paredes y cielorraso, con colores: rojo, amarillo y negro.
También se observan tres nichos (los investigadores piensan que tenían la función de incineración) y las sepulturas.
Cabe destacar que las pinturas que decoran las las paredes y techo poseen un estilo bastante primitivo, estás pinturas representan aves acuáticas (se encuentran delineadas en negro y rojo, con el cuerpo adornado con motivos geométricos en los mismos colores) y animales cuadrúpedos.
Estos animales cuadrúpedos representados con formas geométricas, los arqueólogos los han identificado como leones que rugen en actitud agresiva.
También en el interior del sepulcro se hallaron armas y joyas.
Los investigadores piensan que la tumba pudo haber pertenecido a un príncipe etrusco o a alguien de una elevada posición social dentro de la sociedad etrusca.
Actualmente se encuentra en la región del Alto Lazio, a 17 kilómetros de Roma, Italia.
Tumba de los Leones Rugientes |
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